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¿La Legionella es contagiosa? Síntomas, contagio e incidencia

contagio de la bacteria Legionella en un entorno urbano

La legionella es una bacteria que puede causar enfermedades respiratorias graves, como la neumonía por legionella o la fiebre de Pontiac. Estas enfermedades se conocen colectivamente como legionelosis. La bacteria en cuestión se encuentra naturalmente en el agua dulce, pero puede multiplicarse rápidamente en ambientes artificiales como torres de refrigeración, sistemas de agua caliente, fuentes o jacuzzis.

En este artículo, te explicamos cómo se diagnostica y trata, y qué medidas de prevención se pueden tomar para evitar su propagación. También conocerás los síntomas, las complicaciones de las diferentes formas de legionelosis y repasaremos algunos datos epidemiológicos sobre la incidencia y la mortalidad de la legionelosis en España y en el mundo.

¿Cómo se contagia la legionella?

La forma más común de transmisión es la inhalación de aerosoles que contienen la bacteria, como los que se producen en las duchas, los jacuzzis o las fuentes ornamentales. También se puede contagiar por aspiración de agua o hielo contaminados, o por exposición al suelo infectado. 

La legionelosis es una enfermedad de distribución mundial, que afecta principalmente a personas mayores, fumadoras, con enfermedades crónicas o con el sistema inmunitario debilitado. La tasa de mortalidad de la enfermedad del legionario puede llegar al 10%, mientras que la fiebre de Pontiac es generalmente benigna y no requiere tratamiento específico.

En España, la legionelosis es una enfermedad de declaración obligatoria desde 1996, y se realiza mediante el Sistema de Información Microbiológica (SIM) y la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). Según el último informe epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), correspondiente al año 2021, se notificaron 1.720 casos de legionelosis, de los cuales 1.242 fueron hombres y 471 mujeres. 

En el ámbito europeo, la legionelosis también es una enfermedad de notificación obligatoria desde 1999, y se realiza a través del Sistema Europeo de Vigilancia (TESSy). Según el último informe anual del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), correspondiente al año 2020, se notificaron 11.453 casos de legionelosis en los países de la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo (UE/EEE), con una tasa media de 2,6 casos por 100.000 habitantes. 

¿Cuáles son los síntomas de la legionelosis?

Los síntomas de la legionelosis pueden variar según el tipo y la gravedad de la infección. La neumonía por legionella es la forma más grave y se caracteriza por:

  • Fiebre alta y escalofríos
  • Tos seca o con expectoración
  • Dolor de pecho
  • Dificultad para respirar
  • Dolor de cabeza
  • Confusión o alteración mental
  • Náuseas, vómitos o diarrea

La fiebre de Pontiac es una forma más leve y se manifiesta por:

  • Fiebre moderada y escalofríos
  • Dolor muscular y articular
  • Fatiga y malestar general
  • Tos leve o falta de aliento
  • Dolor de cabeza

¿Cuál es su periodo de incubación?

El periodo de incubación de la legionelosis es el tiempo que transcurre desde la exposición a la bacteria hasta la aparición de los síntomas. Este periodo puede variar según el tipo de infección, pero suele oscilar entre 2 y 10 días para la neumonía por legionella y entre 2 y 3 días para la fiebre de Pontiac.

¿Cómo se diagnostica y trata?

El diagnóstico de la legionelosis se basa en la combinación de los síntomas clínicos, las pruebas radiológicas y los análisis de laboratorio. Entre las pruebas más utilizadas se encuentran:

  • El cultivo de muestras respiratorias o de agua para identificar la bacteria.
  • La detección de antígenos o anticuerpos específicos en la sangre o en la orina.
  • La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para amplificar el ADN bacteriano.

El tratamiento de la legionelosis consiste en la administración de antibióticos, preferiblemente por vía intravenosa, durante al menos 10 días. Los antibióticos más efectivos son los macrólidos (como la azitromicina o la claritromicina), las fluoroquinolonas (como el ciprofloxacino o el levofloxacino) y las tetraciclinas (como la doxiciclina). Además, se pueden administrar otros medicamentos para aliviar los síntomas, como los analgésicos, los antipiréticos o los broncodilatadores.

¿Cómo se puede prevenir?

La prevención de la legionelosis se basa en el control y la desinfección periódica de los sistemas que albergan agua a una temperatura propicia para el crecimiento bacteriano. Entre las medidas preventivas se encuentran:

  • Mantener el agua por debajo de 20 °C o por encima de 60 °C.
  • Evitar el estancamiento del agua y favorecer su circulación.
  • Limpiar y desinfectar regularmente los depósitos, las tuberías, las duchas, las boquillas y los filtros.
  • Añadir cloro u otros desinfectantes al agua.
  • Realizar análisis microbiológicos periódicos del agua.
  • Informar a las autoridades sanitarias de cualquier caso sospechoso o confirmado de legionelosis.

Esta es una enfermedad grave que puede prevenirse con medidas higiénicas adecuadas. Por suerte, empresas de control de plagas como la nuestra cuentan con análisis, tratamiento y control de la Legionella en esablecimientos privados y públicos. ¡Contáctanos para conocer más al respecto!

Preguntas frecuentes:

¿Cómo se puede transmitir la legionela?

La bacteria se puede transmitir por el aire a través de gotas de agua contaminada que provienen de fuentes como duchas, grifos, humidificadores, torres de refrigeración o sistemas de aire acondicionado.

¿Dónde se contagia Legionella?

La legionela no se contagia de persona a persona ni por beber agua infectada. La forma más común de transmisión es la inhalación de aerosoles que contienen la bacteria, como los que se producen en las duchas, los jacuzzis o las fuentes ornamentales. 

¿Cómo se sabe si tienes Legionella?

Para saber si se tiene legionela, es necesario hacer un análisis de sangre, orina o esputo que detecte la presencia de anticuerpos o antígenos específicos de la bacteria. 

¿Cómo afecta a las personas la legionella?

Los síntomas más comunes son fiebre alta, tos, dificultad para respirar, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general. Pueden aparecer entre 2 y 10 días después de la exposición a la bacteria.

La legionela afecta principalmente a las personas con el sistema inmunitario debilitado, como los ancianos, los fumadores, los enfermos crónicos o los trasplantados. También, a personas sanas que hayan estado expuestas a altas concentraciones de la bacteria. Puede provocar complicaciones graves como insuficiencia respiratoria, shock séptico o fallo multiorgánico. 

Sobre el autor
Fernanda Silva
Control de plagas en Cartagena

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